miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los mosquitos

Aquella noche en la Albufera dormimos en una tienda de campaña. Por la mañana verificaríamos lo que ya habíamos percibido por la noche, la habíamos plantado junto a un humedal. Al poco de instalarnos en los sacos de dormir descubrimos que el número de habitantes de la tienda era muy superior a lo previsto, docena y media de mosquitos compartían nuestro reducido espacio. A manotazos redujimos considerablemente la población pero este proceso nos acercó a las 4 de la mañana. Para paliar esta situación me fumé un porro. Pedro no fumaba desde que un día, fumado, se cayó en bloque de espalda, como solo pasaba en los tebeos. Entre manotazo y manotazo fui descubriendo cosas importantes tales como que no tenemos cinco sentidos sino seis; las razones físicas de la levitación; si James Joyce de habérsele ocurrido habría incluido en su Ulises sensaciones físicas de la imaginación y como podría haber hecho para transmitírselo a los lectores; como el pensamiento se divide en dos uno que explica y el otro que escucha; el mecanismo del proceso del almacenamiento de datos por la memoria; etc, etc Precisamente de esta última explicación poco puedo hablar porque fue la que me ayudo a superar la situación de desvelo. De las demás tampoco.

lunes, 23 de junio de 2014

La plantación?

En la casa de campo que posee mi familia en Extremadura y que prácticamente solo yo utilizo, paso los veranos en compañía de mi gato, único mamífero que se atreve a convivir conmigo. La casa es tan pequeña que no existe un cuarto de baño digno de tal nombre y el lavabo es tan estrecho que para afeitarme prefiero salir al bosque; saco un cable eléctrico por la ventana y coloco un espejo en el hueco de una de las muchas encinas que hay por detrás. Naturalmente los pelillos que salen de la máquina caen junto a la hojarasca y no tengo que barrer la casa ni lavar la mierda de lavabo. Este año he empezado las vacaciones casi dos meses antes por una reestructuración laboral que no viene al caso, con lo que su inicio rayaba la primavera, a pesar de ello la temperatura era excelente. Tras acondicionar la casa, tarea poco grata, quise descansar leyendo entre las encinas. Cual no sería mi sorpresa cuando descubrí que en el bosque había un sinfín de enanos minúsculos, barbudos y adamitas, vamos... en bolas. Al instante comprendí el origen de tan extraña colonia. Lo que no llegue a entender fue porque eran tan bajitos.

lunes, 10 de marzo de 2014

Ilusión

He recibido la fuerte sensación que la vida no tiene sentido, bueno, eso es algo bastante corriente, pero también que si en algún momento lo tiene, es una ilusión. Igual que esta sensación que he recibido,